Carmen Amoraga i Albert Vilar |
Me gustó casi todo: el reformado Hotel Palace que siempre está a la altura y envolvió a los protagonistas y asistentes al acto en esa estética tan inglesa, de moquetas y terciopelos llena de tradición y majestuosidad que (debo confesarles) a mí me encanta; las azafatas educadas y diligentes; la cena de cantidades contenidas pero sabrosas. Me gustó hasta la presentación del acto a cargo de la periodista Lidia Heredia: clara, educada y dinámica en la conducción. En fin, que los efectos ambientales estuvieron acertados y dieron pie a un tranquilo y generoso paseo por la velada.
Nada más llegar, un corrillo frontal de flashes a la entrada del hall del hotel que fotografían y filman a todo quisqui dan la bienvenida a los asistentes al acto.
Sonrientes y elegantes escritores y periodistas (muchos con las dos funciones) van llegando y desfilan satisfechos mientras ofrecen la mejor de sus sonrisas.
Me pareció que estaban muchos aunque no todos. La cúpula de Planeta con su presidente José Manuel Lara y Carlos Revés por delante. Una representación generosísima de medios: Carles Capdevila (director del periódico Ara) y su mujer, la periodista y escritora Eva Piquer, el director de Catalunya Radio Fèlix Riera, Vicens Villatoro, la “relatora” Cristina Fernández Cubas, la escritora de origen marroquí Najat El Hachmi simpática y cariñosa con todos. También Juan José Armas Marcelo, Pedro Zarraluki (Nadal 2005), la presidenta de la academia del Cinema Català Isona Passola, Muriel Casals presidenta de Òmnium Cultural. Los actores Josep Maria Pou y Rosa Novell que, sonriente y deslumbrante con un vestido rojo carmín y acompañada por su inseparable compañero y miembro del Jurado Eduardo Mendoza, saludó efusivamente al amigo Guillem Terribas librero ilustre que acude fielmente a la cita anual desde hace veinte años (los últimos siete acompañado por el reputado abogado penalista, escritor y esposo de la abajo firmante, Carles Monguilod) .
Autores como Joan Barril, Carme Riera, Rafel Nadal (premio Pla 2012, Alex Susanna, Pepe Ribas con su enternecedor desencanto existencial, el director de cine Ventura Pons, Emili Rosales director editorial de Destino y maestro de ceremonias, la joven escritora mallorquina Llucia Ramis, la veterana Isabel Clara Simó, Genís Sinca (Pla 2013) , Lluís Morral de la Librería Laie…
En los pasillos Lorenzo Silva y Andrés Trapiello, miembros del jurado, departían amigablemente y con complicidad antes de entrar a cenar.
Todo muy ordenado. Una celebración tranquila, sin aspavientos donde sorprendió (por lo menos a mi) que ni el presidente de la Generalitat ni el alcalde de Barcelona (ni se les vio) tuvieran un minuto de micrófono para saludar y agradecer a los galardonados su talento.
Y al final de la cena, la valenciana Carmen Amoraga (finalista en 2007) recibía de manos de la entrañable Ana Maria Matute ( Nadal 1959 por Primera Memoria) el premio estrella de la noche por su obra La vida era eso. Una novela intimista donde el relato de la ausencia de un ser querido pretende mostrar que “aprender a perder es también aprender a vivir.” Amoraga estuvo acertada en sus agradecimientos y demostró (algo que no siempre sucede) que además de tener buena pluma es una buena oradora. Su discurso generoso de agradecimientos fue emotivo y entrañable pero no ñoño. El Josep Pla fue para el escritor Albert Villaró, que con su novela Els ambaixadors juega a hacernos “una gran broma“ (muy oportuna dirán algunos) como si desde 1934 Catalunya fuese independiente. Los felices y sonrientes galardonados acabaron la noche bajando, contentos y satisfechos, al bar a tertuliar con unos y otros copa en mano .
Estoy segura que al Palace y a los Nadal les quedan muchos años como transeúntes por las letras. Ya lo dijo Lorenzo Silva cuando recogió su Nadal en el 2000 : “al fin y al cabo ¿qué es la literatura sino la palabra que se resiste a morir?”
Isabel Llauger Ribas, publicat a la Revista Leer, Gener 2014
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